Según Tirumalai Krishnamacharya, el maestro en quien nos inspiramos, para practicar yoga sólo necesitas contar con un cuerpo y tener la capacidad de respirar.

No es necesario tener experiencia previa para comenzar a practicar yoga. Si tienes ganas de empezar, cualquier clase es ideal para comenzar tu práctica de manera segura desde cero. Dado que nuestra práctica se fundamenta en la respiración, en Achala no distinguimos niveles.

Si posees alguna condición médica o limitación física, eso no te impide practicar yoga. En nuestras clases se respeta la condición individual de cada persona y se promueve la autoregulación tanto física como respiratoria. Si tienes alguna preocupación, no dudes en ponerte en contacto conmigo, el profesor, antes de comenzar las clases, para que pueda entender cómo adaptar la práctica a tus necesidades.

Lo único imprescindible para la clase de yoga es tu propio cuerpo y tu respiración. Adicionalmente, puedes traer lo que necesites para cambiarte de ropa, una botella de agua y una toalla, aunque estos últimos son opcionales.

Asegúrate de vestir ropa cómoda que te permita moverte libremente. Evita prendas ceñidas en el tórax para facilitar la respiración, y en la cintura para poder trabajar mejor la musculatura interna del abdomen. Con este tipo de vestimenta podrás disfrutar de la práctica de manera cómoda y segura.

En nuestras clases, el nivel de dificultad puede variar, pero en todas ellas se prioriza la respiración y su control como el principal objetivo. Si percibes que tu respiración se agita o tu ritmo cardíaco aumenta durante la clase, es importante que te tomes un descanso hasta recuperarte. Ofrecemos diferentes niveles de intensidad, pero cada persona puede ajustar la dificultad a sus propias capacidades físicas y respiratorias. Recuerda que en el yoga, no se trata de esforzarse al máximo, sino de realizar esfuerzos inteligentes y moderados. No estás haciendo gimnasia, sino yoga.

Basándome en mi experiencia, te recomendaría asistir a las clases al menos dos veces por semana. La constancia es clave para poder avanzar y progresar en la práctica del yoga. Una vez que te sientas cómodo con lo que estás realizando durante unos meses, podrías considerar la opción de asistir a las clases tres veces por semana. Recuerda que el yoga es una práctica que mejora con el tiempo y la constancia.

El yoga mejora la flexibilidad, la fuerza y la resistencia. Además, reduce el estrés y la ansiedad, mejora la circulación sanguínea y la digestión y promueve una sensación general de bienestar. Con la práctica regular de yoga, puedes experimentar una mayor claridad mental y una mayor conciencia de tu cuerpo y tu respiración.

Los distintos tipos de yoga se diferencian principalmente en la forma en que se ejecutan las asanas (posturas). Hoy en día, hay muchas interpretaciones de los estilos de yoga, lo cual puede resultar abrumador. En Achala, no seguimos ningún estilo o interpretación específica, sino que nos basamos en una antigua tradición de yoga llamada vinyasakrama. El yoga es una práctica milenaria que se centra en la respiración y en apaciguar la mente. Utilizamos posturas y ejercicios de sincronización respiratoria para fortalecer y tonificar el cuerpo, y llevamos a cabo ejercicios de limpieza y control respiratorio en posturas cómodas. De este modo, logramos controlar nuestra mente a través del control de la respiración y obtener beneficios como una mayor claridad mental, una mayor conciencia de nuestro cuerpo y respiración, y una sensación general de bienestar.

En una clase típica de yoga en Achala, comenzamos con una oración en homenaje y respeto a los maestros. Luego, empleamos secuencias y posturas específicas para fortalecer y tonificar el cuerpo y practicamos las posturas invertidas, las cuales aportan numerosos beneficios. También llevamos a cabo «mudras» o posturas corporales que fortalecen y tonifican la musculatura interna, e implementamos ejercicios respiratorios específicos del yoga denominados pranayamas. Finalmente, nos enfocamos en la concentración mental y la meditación para alcanzar un estado de claridad y tranquilidad mental.