Decidí apuntarme a las clases de yoga en Achala para aprender a “respirar” en el sentido de que sé que es lo que le hace falta a mi cuerpo y a pesar de que llevo muy poquito, lo que sí puedo decir es que me gustaría pasar el resto del día en el estado de bienestar en el que salgo de las clases. No sabría ponerle un nombre pero es el estado en el que deberíamos sentirnos todos al menos un ratito al día.

MARILÓ BARROSO

Alumna de Yoga