Comencé a practicar yoga en el 2015. Para mí, el yoga ha sido todo un descubrimiento, un gran tesoro. De pequeños nos educan a ser competitivos, inconformistas, rápidos, fuertes, los cinco sentidos activos en todo momento, tener todo bajo control siempre. Ahora reseteo aprendizajes. Precisamente esto va de todo lo contrario. Hay que ser suaves,sutiles, tener tranquilidad y calma y la mirada y el enfoque debe ser interior: casi ná.
Comencé en Achala desde sus inicios, enero 2018, con «Yoga lyengar», en el cual, se usaban bloques, mantas, correas, sillas …. ayudaban a realizar las posturas, puesto que se hacía hincapié en la alineación, precisión de la postura y mantenerlas por tiempo y así aprovecharlas al máximo. Se debía prestar atención a la respiración y movimiento pero desde la perspectiva de una postura perfecta. Lo cual, me generaba tensión. Con el sistema Vinyasa krama, desde septiembre 2019. Cada postura se practica con vinyasas (movimientos y variaciones) y hay mucha diversidad, cada uno de ellos están sincronizados con la respiración. La respiración es controlada y lenta al igual que el movimiento, por tanto la concentración es máxima. Con este sistema he descubierto que todo esta conectado entre sí (cuerpo y mente) y el nexo de unión es la respiración. No le da importancia a la perfección de la postura, sino a cómo se respira en cada una. Además la practica se adapta al practicante y no al contrario, moviendo todas las partes de nuestro organismo. Muy importante es tener un buen profesor que transmita sus conocimientos de un modo que se entienda, que sea apasionado y curioso y que tenga humildad, que como él dice «yo soy también aprendiz».
Gracias Adriano, gracias por hacernos ver que lo importante, no es llegar, ni mantener, ni ser flexibles, sino la práctica personal, extender la esterilla, eso es lo complicado. «Menos es más» una frase con mucho sentido y que me la repito de modo contínuo. Me siento muy agradecida al Yoga, al método Vinyasa Krama y a Adriano por ser mi profesor.
Namaskar.