Empecé mis clases en Achala a principios del 2018.
Atravesaba un momento personal muy difícil. Mi vida era: trabajar, hacer la casa y cuidar a mis hijos. Siempre recordaré mi primer día de clase porque me di cuenta de que mi vida iba a cambiar por completo.
Han pasado 5 años y doy gracias por haber conocido a mi profesor Adriano, una gran persona con la que he aprendido y aprendo lo que es el yoga.
Nuestro camino actual con vinyasakrama está cambiando mi vida.