Siempre he tenido interés en aprender yoga, una práctica milenaria que mejora la salud física y mental y con un importante contenido filosófico. Sin embargo, cuando buscaba información por internet o redes sociales me encontraba con una práctica en la que no encajaba: no tengo flexibilidad ni coordinación corporal, posturas muy estéticas pero imposibles para mí. Así que durante un tiempo desistí, simplemente no era para mí.
Achala es un espacio con buen ambiente para la práctica de yoga, siempre con unas clases de altísima calidad profesional.
Adriano, nuestro maestro, nos hace conectar con la verdadera esencia del yoga, explicando, con todo detalle, cómo hacer la práctica con autocuidado, tomando conciencia y escuchando nuestro cuerpo para evitar lesiones y disfrutar de cada momento de la clase.
Después de 20 años practicando yoga no puedo sentirme más agradecida.
Es un regalo continuar aprendiendo con una persona que ama lo que hace y transmite seguridad y sabiduría.