Había escuchado hablar de Achala y de Adriano.
Pepi una cuñada de mi hermana practicaba yoga allí, yo lo hacía en otro centro, así que en varias ocasiones hablamos del tema. Fue en Diciembre del 2020 después de la terrible pandemia de COVID que nos tuvo desconectado de todo a todos cuando entre en contacto con Achala, mi hermana se había incorporado poco antes, así que me animó a conocer al citado centro y su gerente, Adriano, mi profesor.
La primera clase fue una comparativa, porque era un método tan diferente, tan distinto, que parecía una cosa nueva, no había música, los asanas se practicaban mucho más ralentizados y se dada mucha importancia a la respiración.
Después de terminar la clase estuve hablando con Adriano expresando mi opinión de lo que había sentido. Él me contestaba («la música no hace falta»), intentaba explicarme en un breve momento que se trataba de un método llamado VINYASAKRAMA. Así me incorporé a su grupo, poco a poco empecé a darme cuenta de la importancia de la respiración, de escucharla en su fase natural, en ujjayi, haciendo pranayama, etc. Porque a partir de escucharla (su música) empiezas a sentirla, a intentar controlarla, sincronizando los movimientos de cada postura, ya sea de estiramiento, torsión, equilibrio, invertidas, bandhas y mudras con el ritmo de dicha respiración, siendo ella la que dirige toda la actuación del ejercicio.
Adriano siempre dice que hay que estar cómodo a la hora de hacer cualquier ejercicio, que no debemos querer conseguir resultados sin control porque nunca lo lograremos; dando siempre una alternativa menos compleja. Pero aquí entra la mente.
La respiración también aquieta la mente y, esa quietud es esencial para darnos cuenta de que la mente es un instrumento que en todo momento quiere dirigirnos, así que sin darnos cuenta no somos nosotros quien usa la mente sino todo lo contrario es ella la que te utiliza a ti.
Cuando tienes quietud empiezas a escuchar una voz dentro de ti que te dice que no es la mente; supongo que es la búsqueda de mi verdadero yo, la conciencia o el ser (purusa). Que a la misma vez te va acercando a lo divino (isvara).
Me siento afortunado de pertenecer a Achala, de tener a Adriano como profesor y guía, al cual no sabría expresarle mi enorme gratitud por su dedicación, esfuerzo, paciencia, equilibrio y sabiduría que día a día expone para hacernos sentir bien «contentos».
Om Shaantih Shaantih Shaantih